¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?
“El hombre prudente se parece a aquel que construye la casa sobre roca…” Con estas palabras, que Jesús decía en el evangelio, intenta explicar el Padre Curro, por qué estamos aquí y de que manera, nuestros novios, Lourdes y Manuel, están construyendo y cimentando firmemente su vida, y también para que sepamos que “estamos aquí, sobre todo, para que vuestro matrimonio no sea cosa de dos, sea cosa de tres, vuestra y de Dios”. Muy edificante y emotivo a la vez, el mensaje que el Padre curro manda a nuestra pareja y a todos los allí presentes.
EN LA IGLESIA DE SANTIAGO
En la monumental Iglesia de Santiago, se dieron “el sí quiero” nuestros novios. Él, llegó acompañado de sus padres, y tras saludar a amigos y familiares, se dirigió, del brazo de su madre, hasta los pies del altar para esperar a su futura esposa. Ella llegó en un flamante coche de época y del brazo de su padre, hizo una entrada espectacular. La ceremonia transcurrió de manera clásica, sencilla y elegante, la ida desde la iglesia hasta el lugar de la celebración, los recién casados, lo hicieron de una manera muy jerezana, en coche de caballos.
DE SANTIAGO AL PALACIO DE CAMPO REAL
En pleno casco histórico y en una casa palacio del siglo XVI decidieron nuestros, ya marido y mujer, celebrar su enlace, concretamente en el Palacio de Campo Real. Su espléndido patio lleno de medallones simbólicos, su monumental escalera que data del siglo XVI, la magnífica fachada del siglo XVIII y la decoración neoclásica de las salas, reflejan el genio del arquitecto José de Vargas. La tranquilidad de los jardines y la elegancia noble de los siglos, hacen del Palacio de Campo Real un cofre de tesoros artísticos. Un lugar lleno de encanto y elegancia, que daba muestra de como querían los novios que fuera este día.
UNA FIESTA ELEGANTE Y SEÑORIAL
Después de una cena-cóctel informal, en uno de los magníficos jardines del palacio y bajo una espectacular noche de Septiembre, en la que nuestra pareja pudieron saludar y departir con sus familiares, la fiesta continuaría en el majestuoso patio de entrada del palacio. Los recién casados, abrieron el baile con un vals, al que se unieron casi todos los invitados, se notaba que había ganas de pasarlo bien. Más tarde llegaría el turno de la música en directo, que terminaría de animar la noche a base de rumbas, flamenco y sevillanas y donde nuestros novios y el resto de invitados pasaron los momentos más divertidos de la noche.